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Hoy en día, la discriminación a las personas LGBTIQPA+ sigue siendo un tema muy importante el cual tiene que ser visibilizado, ya que a pesar de que en los últimos años han existido avances significativos en el reconocimiento de muchos de derechos, mismos que se encuentran dentro de los tratados internacionales de los que México forma parte, los cuales consagran que no existe distinción entre las personas por su orientación sexual identidad de género, o cualquier otra condición sexo genérica. Sin embargo, en el contexto que caracteriza a la sociedad contemporánea, particularmente la mexicana, la cual atraviesa el pensamiento machista, heteropatriarcal y misógino, existen resistencias tan marcadas que obstaculizan el goce de los derechos a la disidencia sexual por motivos de discriminación, y que motivan el rechazo que ha existido históricamente a la comunidad LGBTIQPA+.

En las últimas cinco décadas, la lucha por la conquista de derechos civiles y políticos ha atravesado por un amplio espectro de escenarios que suponen el reconocimiento de nuevas formas de vida para personas de la comunidad LGBTIQPA+.

Desde el matrimonio y adopción homo o lesboparental, así como el reconocimiento de derechos civiles, como la seguridad social, corrección de identidad de género en documentos oficiales, hasta el establecimiento de cuotas de diversidad que garanticen la representación de grupos históricamente vulnerados en México.

Sin embargo, es necesario reconocer el trabajo y lucha del activismo. Esta ha derivado en el reconocimiento de una serie de derechos, -algo que en hace poco menos de 30 años era impensable-, pues a pesar de la occidentalización y discursiva hegemónica dominante en los países colonizados y emergentes en América Latina, las realidades han superado por mucho los parámetros sobre desigualdad y discriminación, los cuales son el pan de cada día.

En México la participación política que han tenido personas de la comunidad LGBTIQPA+ se observó por primera vez en el año 1997 con Elsa Patria Jiménez Flores, una mujer feminista, activista y política, la cual fue elegida Diputada Federal Plurinominal a la LVIII Legislatura, convirtiéndose así en la primera congresista federal públicamente homosexual en la historia del país.

Aunque tácitamente la orientación sexual, la expresión de género o el género per se, han sido un impedimento para ser participante político en los cargos de representación popular, durante todo el siglo XX, las personas de la diversidad distinta a la heterosexual atravesaron por una doble “definición” con base en su sexualidad.

Es decir, por su rol de género y por su orientación sexual, un doble estigma construido en prejuicios y discriminaciones que truncaban dichas aspiraciones, y es que el pensamiento machista y patriarcal asigna socialmente los roles de género y actividades laborales que debían encajar con las personas no heterosexuales.

Dentro de esta ideología, se alberga la creencia que las personas gay, por ejemplo, tienen aspiraciones únicas y exclusivas a ser trabajadores en un salón de belleza, mientras que las mujeres lesbianas de ser trabajadoras de construcción o algún trabajo socialmente asociado a lo masculino, con el único objeto de simular una masculinidad y “virilidad”, así como a las personas transexuales se les ha delegado el papel de trabajadoras y trabajadores sexuales.

Cuando las personas LGBTIQPA+ comenzaron a incidir en espacios públicos de poder, fueron primeramente violentados, descalificados e incluso censurados. Durante décadas, varias personas activistas quisieron hacer visible su existencia y sus pretensiones de hacer exigibles los derechos y hacer que el Estado reconociera y protegiera resultado de ello, muchas personas activistas fueron violentadas, torturadas y asesinadas.

Entre 1978 y 1984 existió un auge en el movimiento a raíz de la tendencia occidental para detener la represión sexual y la aceptación de orientaciones sexuales distintas a la heterosexual. Durante este periodo, grandes figuras públicas dejaron de negar su orientación sexual, aunque no muchas lo aceptaron públicamente, como por ejemplo Carlos Monsivais, Luis Zapata e incluso Juan Gabriel.

Sin embargo, con la llegada del VIH a México a finales de 1983 la sociedad y el discurso fincó a la comunidad LGBTIQPA+ como los culpables de la pandemia a nivel mundial, lo que provocó incluso una persecución y mayor violencia, por parte de los que aseguraban que “esa era una enfermedad de gays”.  Y no fue hasta la transición política de finales del siglo XX, cuando la comunidad LGBTIQPA+ en México impulsó nuevamente estrategias de conquista de derechos y su incidencia en la agenda pública. En “1997  sus miembros lograron forjar una identidad nueva, basada en la noción de ‘diversidad sexual’, que le dio un nuevo ímpetu identitario al movimiento y le ayudó a adquirir una identidad colectiva como eje movilizador”.[1] Este concepto logró empatizar a más personas de la disidencia sexual y consolidar una comunidad más sólida y visible por lo menos en el centro del país.

Otro ejemplo es que a su llegada a la cámara de representantes legislativos, la representante popular “Patria” impulsó la legislación en materia de Derechos Humanos y Equidad de Género. Legislación que logró durante su gestión la despenalización final de la homosexualidad como agravante en el Código Penal[2], convocando por primera vez a las minorías de la “diversidad sexual” (un término utilizado por primera vez por una institución del Estado) a participar en espacios abiertos para discutir sobre sus exigencias y necesidades.

A partir de esta fecha, el activismo y defensa de los derechos humanos ha tenido conquistas importantes como lo fueron, en un primer momento, las sociedades de convivencia de 2006 que derivaron en el matrimonio igualitario en la Ciudad de México en 2010; las cuotas de género para participar en procesos electorales 2009; y el reconocimiento de la autodeterminación del género en 2016, por mencionar algunos, y que paralelamente tuvieron impacto en la visibilización y empoderamiento de las personas LGBTIQPA+ en México.

Aunque no han sido muchos los personajes en la vida política pertenecientes a la comunidad LGBTIQPA+, se ha visto un avance considerable en la inclusión de estos grupos.

Hoy en día existen personajes abiertamente pertenecientes a la diversidad sexogenérica que cuentan con una amplia trayectoria académica, cultural y de activismo social como lo es el caso de la Senadora por MORENA Jesusa Rodríguez quien es activista y artista con amplia trayectoria teatral; la Diputada apartidista Lucía Riojas; la Diputada por MORENA Celeste Asencio; y el Diputado local de la Ciudad de México Temístocles Villanueva, quien recientemente logró la aprobación de la penalización de los Esfuerzos por Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género (ECOSIG o terapias de conversión) en la Ciudad de México, ley que se perfila a ser nacional próximamente.

No debemos dejar de lado que la participación política de personas de la comunidad LGBTIQPA+ es un avance significativo en el avance por el reconocimiento de los derechos, la erradicación de la violencia y la discriminación en contra de este grupo históricamente vulnerado. También es importante subrayar que si bien existen espacios donde los partidos políticos “incluyen” y “promueven” que los espacios de poder sean ocupados por personas de la diversidad sexo genérica (a veces solo para cumplir con normas legislativas) existen también intereses de por medio que lejos de ser legítimos son una herramienta de los propios partidos para ser socialmente correctos y autodenominarse incluyentes.

[1] Diez, Jordi La trayectoria política del movimiento Lésbico-Gay en México Estudios Sociológicos, vol. XXIX, núm. 86, mayo-agosto, 2011, El Colegio de México, A.C. Distrito Federal, México, pp. 70
[1] Hernandez, H. (2017). Patria Jiménez aspirante a candidata para jefa de gobierno de la CDMX. Recuperado 22 de marzo de 2021, de Heroinas website: http://www.heroinas.net/2017/10/patria-jimenez-aspirante-candidata-para.html?m=1

Jonathan A. Ramos, es estudiante de derecho en la Facultad de la UNAM, actualmente colabora en el área jurídica de ASILEGAL. 

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